Tipos de inversores en activos de riesgo
Los inversores se pueden clasificar de varias formas, en función de la forma de invertir o de su enfoque de la inversión. Por ejemplo, teniendo en cuenta el horizonte temporal de la inversión, hay inversores que siempre son de plazos cortos, y mantienen abierta su posición sólo durante la sesión y al final de la sesión deben haber cerrado todas sus posiciones, son los llamados intradía. Otros inversores no son tan estrictos y pueden mantener la posición abierta unos pocos días, aprovechando una tendencia, por ejemplo. Este es el estilo swing, que no suele mantener posiciones abiertas más allá de unas pocas semanas. Otros inversores solo compran y venden en función de herramientas como el análisis técnico, análisis fundamental o usando la macroeconomía y no alteran la posición mientras la herramienta que usan no permite variarla. Por el contrario, hay inversores que no venden nunca, solo abren posiciones y las mantienen, si es necesario contra viento y marea, no solo sin fecha de finalización de la inversión, sino con la esperanza de mantener la inversión incluso a través de sus herederos, es la estrategia denominada buy & hold.
Hay inversores que solo toman posiciones largas (compran el activo), cortas (venden un activo que no tienen) y los hay que pueden tomar ambas según evoluciona el activo. Esto me da pie para introducir otra clasificación: los operadores de tendencia o tendenciales y los contratendenciales. Los primeros tratan de aprovechar tramos en los cuales la cotización sube o baja, pero de forma sostenida durante un periodo de tiempo, esto es una tendencia. Sin embargo, las tendencias en los activos de riesgo no suelen ser en línea recta, hay correcciones, sobre todo si se pretende seguir una tendencia que sea duradera en el tiempo (desde unos días a unos años). Cuanto más tiempo, más larga puede ser la tendencia y más movimientos 'contratendenciales' puede haber y además pueden ser de más entidad. Habrá inversores que prefieran aprovechar esos movimientos contratendenciales, que suelen ser más rápidos, más violentos y más cortos que la tendencia principal.
También se puede clasificar a los inversores en función del tipo de activo que utilizan para invertir. Hay inversores que solo invierten en lo que se puede denominar activos reales, como fondos de inversión, acciones de empresas, ETFs, ETCs, o similares. En este tipo de inversión, una acción o una participación supone una parte de un activo real, por ejemplo una parte del capital de una empresa o una participación de un fondo de inversión o similar. Sin embargo, también existen otros activos a disposición de los inversores, los denominados derivados, que suelen ser alguna forma más o menos sofisticada de inversión que utiliza como subyacente los activos reales. Los derivados incluyen futuros, opciones sobre acciones e índices, contratos por diferencias (CFDs), y otros. Una característica fundamental de los derivados es que suelen estar apalancados.
Además del tiempo y de si se prefiere operar los movimientos tendenciales o contratendenciales, también se puede clasificar a los inversores como al contado o apalancados. Son inversiones al contado aquellas en las que se compran intrumentos donde la inversión que se realiza coincide básicamente con el precio de compra, como en las acciones. La inversión al contado tiene como ventaja que la pérdida máxima es el capital invertido. Un inversor al contado puede aguantar una caída del activo en el que está invertido de un -30% o de un -80% sin necesidad de venderlo (no se entienda aquí algo distinto a lo que pone ...), especialmente cuando se está convencido de haber hecho una buena inversión y si hay opciones de recuperar la caída en un plazo de tiempo razonable, pongamos 2 años. Un inconveniente de la inversión al contado es que ganar dinero puede ser lento: el beneficio solo sube lo que sube el activo, incluso algo menos debido a las comisiones si las hay.
A disposición de los inversores puede haber instrumentos apalancados. La diferencia fundamental es que no se invierte la cantidad con la que se compra el activo, se invierte x2, x3, x5, x10 o x25 veces el capital que se pone en juego. Esto multiplica las variaciones del capital invertido, tanto cuando se gana como cuando se pierde. En este caso, usualmente el inversor debe poner una garantía. Esta garantía sirve de margen para permitir pérdidas en el instrumento. Si la pérdida alcanza el valor de la garantía, el instrumento usualmente se cierra y la garantía se pierde. Un problema es que si hay variaciones muy grandes y usualmente rápidas de precios, las garantías pueden no ser suficentes para cubrir la pérdida y entonces el inversor incurre en una deuda. Esta es la principal desventaja de utilizar instrumentos apalancados (derivados).
También hay una clasificación de los inversores en función del capital que un inversor tiene disponible para invertir:
- los que apenas tienen capital,
- los que ya disponen de algo de capital, y
- los que tienen un capital considerable.
Y esto está usualmente relacionado con el apalancamiento que pueden/deben utilizar.
Si apenas tienes capital y pretendes obtener algo de rentabilidad, no hay más remedio que invertir CON apalancamiento o no se obtiene apenas nada.
Cuando se tiene algo de capital, NO SE DEBE invertir con apalancamiento, sino al contado. Habrá quien considere que esto no tiene que ser así, pero cuando se tiene algo de capital, lo más típico es tratar de rentabilizarlo con inversión al contado, porque admite no poner stops de pérdidas y por tanto mantener la inversión sin asumir pérdidas, si se está seguro de que la inversión está bien elegida, algo que no va a ocurrir si se usa apalancamiento, donde hay un límite máximo en la pérdida que se puede asumir, en la garantía aportada.
Y en el caso de disponer ya de un capital grande para inversión, entonces se puede ELEGIR si se usa o no apalancamiento ...
Claro, no es lo mismo invertir sin apenas capital y teniendo que estar muy seguro de la posición, porque hay que evitar a toda costa las pérdidas, que si puedes aguantar una caída del -30% porque vas al contado y simplemente puedes esperar 2 años a que se recupere el valor mientras cobras dividendos o si simplemente has decidido que tienes capital suficiente para poder invertir en opciones o en futuros asumiendo las pérdidas que sea necesario sin que eso afecte al pago de la hipoteca del próximo mes.
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