La creación del mercado de derivados bursátiles

La creación del mercado de derivados se realiza como una de las consecuencias del estallido de la burbuja que se produjo en octubre de 1929, por lo que voy a explicar primero cómo funcionaba la bolsa antes del hecho que desemboca en la creación de los mercados regulados de derivados sobre acciones e índices bursátiles.

La bolsa antes de la crisis de 1929

Se podría decir que antes del fatídico crack de la bolsa de Nueva York el 24 de octubre de 1929, el 'mundo bursátil' era una fiesta. Y en parte esa fiesta era debida a la forma en la que se invertía en bolsa.

Me gusta especialmente la explicación que da Groucho Marx en sus memorias (Groucho y Yo) sobre cómo funcionaba la bolsa en aquellos momentos. Es digno de leerse y de tenerlo en cuenta, básicamente para evitar cometer su mismo error. Groucho, al igual que muchos otros americanos del momento, tenía una gran parte de su patrimonio, o todo (bueno, ahora veremos que en realidad tenían más, mucho más) invertido en acciones en la bolsa de Estados Unidos. La parte dedicada al crack del 29 son solo unas pocas páginas, pero resulta muy ilustrativa su descripción de cómo funcionaba la bolsa en aquellos momentos, la efervescencia que había y de cómo y por qué se arruinó en 1929, junto con otros muchos. Pongo un enlace a un extracto en español por si se quiere consultar, lo considero una lectura verdaderamente interesante.

Antes del crack de 1929, la inversión en bolsa era básicamene apalancada. ¿Qué es una inversión apalancada? La que se hace total o parcialmente a crédito. Cuando tu compras (o vendes) con apalancamiento, en realidad no estás comprando con tu dinero, la cantidad que se detrae de la cuenta es un depósito que se utiliza como garantía. Si comprabas una acción o un índice (en jerga: vas largo), en realidad toda tu inversión era a crédito (alguien te estaba prestando el dinero para comprar) y tu dinero en realidad solo está retenido para cubrir posibles pérdidas. Cuando vas largo y la acción o el índice sube, tu ganas la diferencia entre el precio de venta y el de compra. Cuando estás aplancado el beneficio se multiplica por el apalancamiento. Si estás apalancado x2 ganas el doble de la diferencia, si estás apalancado x3 ganas el triple de la diferencia, si estás apalancado x10 ganas 10 veces la diferencia.

Claro, esto va muy bien mientras la bolsa se mueva en la dirección que tu has previsto. Pero ¿qué pasa cuando la bolsa se mueve en la dirección contraria? Que las pérdidas también se multipican por el apalancamiento. Si la bolsa baja un -1% y tu estás apalancado x2, en realidad estás sufriendo una pérdida del -2%. Y si estás apalancado x10, sufres una pérdida real de un -10%. Es ahí donde entran en funcionamiento las garantías. Las garantías protegen tu entrada hasta que la pérdida latente (la que se sufre aunque no se venda) alcanza el valor de la garantía. Si las pérdidas latentes alcanzan la garantía depositada, entonces la pérdida se materializa (el broker o banco vende la posición) y la garantía se usa para cubrir la pérdida. Obviamente, el inversor puede vender la posición en cualquier momento, asumiendo la parte de pérdida hasta el momento de la venta, no hay que esperar a que se cierre la posición y se pierda toda la garantía.

Es muy importante entender esto para alguien que no sepa cómo funciona el apalancamiento: el bróker o banco que permite trabajar con apalancamiento, no sabe ni quiere saber si se dispone de más dinero para cubrir las pérdidas, solo sabe qué garantía tiene depositada y su objetivo es NO perder dinero en ningún caso (y esto es tal cual).

Si la pérdida latente se cubre con la garantía, el bróker o banco automáticamente deshace la posición y la garantía normalmente se pierde. Si la pérdida latente supera la garantía (lo que puede ocurrir si el precio se mueve con gaps), el banco o broker cerrará la posición y exigirá al inversor que pague la parte que no está cubierta con la garantía.

Hay que decir que normalmente, si hay tiempo y es previsible, cuando hay una posición apalancada y la pérdida latente se aproxima al mismo valor de la garantía, el bróker o banco se suele poner en contacto con el inversor y le pide que aumente la garantía depositada si quiere poder asumir mayores pérdidas latentes. Es lo que se denomina margin call.

En los tiempos de Groucho Marx, en Estados Unidos, los bancos o brókeres trabajaban con un apalancamiento x4: cuando comprabas una acción, se depositaba un 25% como garantía de la inversión. Si se querían comprar acciones por valor de, pongamos 10.000$, se depositaban 2.500$ (en concepto de garantías), pero el beneficio y la pérdida era como si se invirtiesen los 10.000$.

El 24 octubre de 1929, jueves negro, y siguientes días

¿Qué ocurrió el fatídico jueves negro y los siguientes días? El 24 de octubre el índice Dow Jones (que ya existía en aquél momento) cayó un -9%. Se podrá pensar que era poco, pero fue la mayor caída hasta el momento. Ese día se pusieron a la venta más de 12 millones de acciones a precios bajos (para lo que decía su cotización). Esa era una cifra muy elevada para aquél momento y hubo títulos que ya no encontraron comprador. El siguiente día, el viernes 25, en un ambiente que ya era de pánico, varios grandes bancos intervienen y compran grandes paquetes de acciones de algunas empresas, en un intento por contener la situación, lo que parecen conseguir momentáneamente. Pero el lunes 28 las ventas masivas se imponen y el Dow Jones cae un -13%, la mayor caída hasta el momento. Y el martes 29 las ventas continuaron y el Dow Jones bajó otro -12% mientras se movían 16,4 millones de acciones.

En esa época, obviamente no existía Internet ni mucho menos y no todo el mundo leía el Wall Street Journal. Esas caídas fueron lo suficientemente abultadas como para que muchas posiciones se cerrasen debido a que las pérdidas latentes alcanzaron el límite de las garantías depositadas del 25% de la inversión, aunque los inversores solo se enterasen de lo ocurrido tiempo después. Otros inversores perdieron más de lo que podían haber perdido, precisamente por atender las llamadas a margen, incrementando el depósito que hace de garantía. Como cuenta Groucho en sus memorias, mucha gente perdió todo el dinero que tenía, incluído él:

Algunos de mis conocidos perdieron millones. Yo tuve más suerte. Lo único que perdí fueron doscientos cuarenta mil dólares [...]. Hubiese perdido más pero era todo el dinero que tenía.

El jueves negro de octubre de 1929 comienza un mercado bajista que termina casi 3 años más tarde, en julio de 1932, y supuso una caída de un -89% en el Dow Jones.

Consecuencias para el mercado bursátil de la crisis de 1929

Las consecuencias del crack del 29 fueron varias:

  • Se separa el mercado de acciones, al contado, del mercado de derivados, que usualmente son apalancados.
  • En USA se crea la SEC (United States Securities and Exchange Commision o Comisión de Bolsa y Valores) en 1934, para velar por el cumplimiento de las obligaciones de publicidad de la información que un accionista razonable necesita para decidirse sobre una inversión potencial.

Tomando como modelo el mercado de futuros sobre materias primas (trigo, algodón, arroz, hierro, uranio, etc.) que ya existían incluso desde siglos antes, se crea un mercado de 'futuros' para las acciones e índices. Este mercado de futuros, por lo general, suele estar apalancado, es decir, los futuros sobre índices o acciones suelen implicar una garantía y una multiplicación de los rendimientos de la inversión (aunque ya no tiene que ser extrictamente así ahora mismo). Los futuros sobre el IBEX, cuando se crearon, tenían apalancamiento x12,5 y los del DAX por x25. Hoy en día existen diversas opciones y se pueden comprar futuros con apalancamientos x1 (no hay apalancamiento), o x5 o x10 para adecuarse al riesgo que está dispuesto a correr el inversor.

Además de esto, han surgido diversos productos que implican apalancamiento, aunque no funcionan exactamente igual que los futuros. Por ejemplo, los contratos por diferencias o CFDs, opciones sobre acciones, opciones sobre índices, futuros que no son ni sobre acciones ni sobre índices, warrants, etc. Estos derivados se basan usualmente en las diferencias entre los precios de un activo subyacente (una acción o índice al contado) entre el momento de compra y alguna fecha futura 'de vencimiento' y además todos o casi todos son apalancados. También permiten jugar fácilmente con las dos tendencias del precio: puedes ir largo si esperas que la cotización suba o puedes ir corto si esperas que la cotización baje. En ambos casos se gana (o pierde) en función de la diferencia de cotización del activo subyacente entre la fecha de compra y la fecha de vencimiento y del apalancamiento.




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